Traumas de la vida académica
Algunas veces parece que los profesores se ponen de acuerdo y todos dejan tareas para entregar el mismo día; a mí me sucede muy a menudo eso y esta semana no fue la excepción del semestre. Tenía tantas tareas que entregar que no sabía por dónde empezar a hacerlas.
Lo primero que hice fue dividirlas por fecha de entrega y empecé por las que tenía que entregar antes, se trataba de un ensayo-examen de 12 a 15 cuartillas sobre alguno de los temas vistos en la clase de América Latina, parecía fácil y como siempre, comencé a hacer mi ensayo un día antes de entregarlo.
En ese momento las ideas comenzaron a fluir en mi mente y recordé lo que habíamos visto en clase y las lecturas, pero, cuando se me acabaron las ideas me di cuenta que apenas llevaba tres cuartillas, quería suicidarme porque tenía que hacer por lo menos diez cuartillas más y ya no tenía idea de qué poner.
Es lo peor que puede suceder, sobre todo cuando la presión no te deja pensar claramente, la único que se me ocurrió fue buscar artículos en internet y releer mis textos; fue la única forma de terminar mi ensayo.
También tenía que hacer un mapa mental de mi tema de tesis, ese fue un poco más fácil, pues, el fin de semana acababa de revisar y corregir mi proyecto, así que todavía tenía muy frescas las ideas, lo que más me gustó de ese mapa mental fue que disfrute mucho haciéndolo y creo que si se vio reflejado.
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