Sábado de Gloria
El sábado de Gloria es uno los días que más disfruto en todo el año; cuando era niña recuerdo muy bien que entre mis primas, mis hermanas y yo hacíamos de este día una experiencia inolvidable y empapada.
Todo comenzaba desde el jueves o viernes anterior a ese día, pues en la televisión se anunciaba que el sábado cortarían el suministro de agua, así que buscábamos todas las cubetas y botes que pudiéramos y las llenábamos de agua antes de que la cortaran, también sacábamos nuestros libros y cuadernos viejos y los vendíamos al reciclado de papel para poder comprar globos y llenarlos de agua; obviamente quien juntara más papel podía comprar más globos para la gran batalla.
Cuando llegaba el día nos levantábamos muy temprano y la primera que llegara al patio podía comenzar la guerra y atacar a las que llegaran después; el agua se acababa rápido y entonces sacábamos las armas secretas, es decir los globos; yo era muy tramposa por que me gustaba fingir que ya se me habían acabado los globos con agua y cunado a nadie le quedara ninguno, yo sacaba mis globos y les disparaba.
Como el patio quedaba todo mojado y el sol era muy intenso, nos recostábamos sobre el piso mojado y recreábamos los momentos chistosos que acabábamos de vivir.
Ahora este día se ha convertido en uno de los más significativos de mi infancia porque era el único día que no se valía enojarse y llorar; hoy mis hermanas y yo comenzamos a recordar todos esos días tan divertidos de cuando éramos niñas.
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